viernes, 8 de mayo de 2015

Invitarnos al olvido.

Imagina que tengo la suficiente fuerza 
para gritarle a mis sueños 
que dejen de enamorarse de tus erecciones 
y te desechen como mejor opción todas las noches.

Imagina que soy capaz 
de volver a caminar por tu calle 
sin girar ni un centímetro mis intenciones 
hacia tu ventana.

Imagina que dejo que tu falda favorita 
sea elevada por otros pulgares, 
y que soy capaz de tentar a otros dedos 
para que recorran entre mis piernas 
todos los lunares que juraron serte fieles.

Imagina que me pesan tus decisiones unilaterales 
y decido deshacerme de esa sensación 
de echar vinagre en todas las heridas aun latentes.

Imagina que me coso la boca con versos 
para que no se me escape tu nombre 
cuando algún poeta del siglo de oro 
parezca conocer tu existencia.

Imagina que me arranco todos los gemidos 
que me dejaste viviendo en la nuca 
y los ahogo junto a las penas 
en la primera copa con conversación interesante.

Imagina que le robo a los relojes las agujas 
para olvidar cuanto hace que te fuiste 
y dejar de pensar cuantas noches quedan 
para que vuelvas a reconsiderarme.

Imagina que dejo de querer un anillo 
y que de repente olvido todos los supuestos nombres 
que íbamos a ponerle 
a aquellas mezclas perfectas 
de nuestros genes.

Imagina que soy capaz de romper las fotos 
que me recuerdan que una vez no tuve miedo 
a que te fueras; 
que las rompo y las esparzo en cualquier callejón oscuro 
donde acaben devoradas por el tiempo, 
que al fin y al cabo es el único 
que siempre termina ganando.

Imagina que dejo que nuestro pasado 
se hunda en el primer baño del año, 
y que París ya no es la perfecta luna de miel.

Imagina que me arrancan la ropa de madrugada 
y que no te pido disculpas en silencio 
por dejar que otro me borre a lametones 
tu falta de cojones.

Imagina que olvido cuanto trozo de almohada 
necesitabas para no despertar; 
que ya no recuerdo como tus manos 
se posaban en mi culo 
porque solías decir que hasta en sueños 
era de tu propiedad.

Imagina que ya no te llamo con número oculto 
porque ignoro como empezaba tu teléfono 
y en las páginas amarillas no está la hoja de tu dirección.

Imagina que ya no deseo vestirme de blanco 
para caminar como una princesa hasta a ti 
y que a la noche la liga no me dure ni un segundo; 
que pase a ser la esposa más puta 
con la que jamás han soñado tus manos 
para darle cavidad a todos tus deseos de casado.

Imagina que dejo de compararles 
con tus infinitos encantos 
y que no me importa que no se parezcan a ti.

Imagina que bailo para otras caderas, 
y que mis caderas bailan para otra música, 
que ahora otras manos se posan en mi culo 
y que mi culo no recuerda nada de tus manos.

Imagina que ningún poeta te pone ya entre sus líneas 
y que no hay voces roncas que te traigan de vuelta.

Imagina que he dejado los ansiolíticos 
y que las horas antes de coger el sueño 
han dejado de ser un infierno.


Y por último, imagina que todo lo que digo es cierto, 
que no quiero que vuelvas, 
que no me importa que no estés; 
imagina que no miento, 
y cuando te des cuenta de que la verdad 
no ha sido hospedada en este cuento, 
estés tan lejos que podamos invitarnos al olvido 
como viejos conocidos. 

2 comentarios:

  1. ¡Wow! Gran poema, Amparo. Siempre con esa vehemencia tan poderosa y encantadora. Lamento haber tardado en leerlo, lo dejé para "un rato" y una cosa u otra no me lo permitió. Qué torpeza la mía.

    Por cierto, veo que has renovado el blog. Puede que sea minimalista, pero lo que importa son tus letras. Ésas sí que no tienen nada de minimalismo. Je, je, je. Ten un buen domingo. ¡Saludos!

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    1. No te preocupes ''por la espera'' Nahuel jajajaja me basta con que te gusten y los disfrutes.
      Gracias por tener siempre palabras como estas, que me impulsan y me transmiten ganas de seguir con ello.
      Si! He cambiado el blog, y es cierto, se ha vuelto un poco ''minimalista'' jajaja pero porque me pareció que reflejaba bien lo que para mi es un buen texto: sencillo por fuera y complicado cuando te pones a estudiarlo o haces por entenderlo.
      Además, la foto de la chica y el chico, me parece ideal, me encantó cuando la vi, me parece que su desnudez refleja la forma que deberías de adquirir todos antes de sumergirnos en unas letras: mente abierta y fuera cualquier tipo de prejuicio, es la única forma de comprender verdaderamente unos versos.
      Por cierto Nahuel, gracias por compartirlo siempre en Google+!
      Saludos!

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