que no da vida ni calma la sed.
Agua transparente, insípida,
que no sabe colarse entre tus creencias.
Agua que no limpia, ni purifica.
Sucia.
Que arrastra piedras.
Y no guarda en su seno ningún ser vivo,
ni da cobijo,
a la que nunca han llamado hogar.
Agua inerte.
Por la que a veces corre sangre
de alguien que viene a limpiarse las heridas.
Agua sin sal, que no cura ni cicatriza.
Agua que marchita
y que extiende la muerte.
A la que no dedican poemas ni glorifican.
Agua sin templo.
Sin alimento.
Agua vacía a la que nadie reza ni desea.
Agua que nadie anhela.
Sin bocas que calmar,
sin órganos vitales que avivar.
Agua estancada que encharca.
Y mata.
Agua que ahoga.
Agua que hunde barcos.
Y asfixia pulmones.
Insuficiente.
Tóxica.
Agua que no calma lagrimas
ni ayuda a sanar.
Agua que no cura la enfermedad.
Ni borra historias ni hace crecer las flores.
Agua de color marrón.
Agua a la que nadie canta.
Sobre la que nadie escribe.
Agua sin Dios ni fe.
Que no sabe minimizar daños
y que protagoniza catástrofes.
Agua que arrasa y destroza.
Que aniquila.
Agua que se desliza como una serpiente hambrienta.
Agua que no avisa cuando cae.
Que nunca deja paso al sol.
Agua que apaga la luz.
Agua que no ayuda a cultivar.
Que no ama la vida
ni mantiene sano al corazón.
Agua que no sirve para el perfume
y no se lleva la suciedad.
Agua que no limpia cuerpos.
Ni embellece el paisaje.
Y sin embargo,
agua que serviste en tu vaso
y a la que diste abrigo dentro de ti.
Que te corre por las venas
y a la que haces creer que da vida
aunque no brote de ti la rama.
Agua que acunas y proteges.
Agua a la que susurras
con la calidez de un padre,
que corra y corra
hasta que todo lo impregne.
Agua que sueñas.
Agua que calma tu apetito.
Agua que te mata mientras te sientes vivo.
Y escribes.
Y bailas.
Y besas.
Muerte que disfrazada de vida, te hace de trampa.
Mentira por la que te dejas acunar.
Nana que mece la cuna con un brazo sin carne.
Porque dime,
¿a caso no da la muerte, vida?
¿A caso la vida no te conduce a la muerte?
Mueres porque estás vivo
y estas vivo con la certeza absoluta de que morirás.
Nadie escribe al agua limpia, querida.
Nadie ha conocido la poesía librándose de la enfermedad.
Agua que me haces llorar
y me despiertas el corazón.
Agua, tú.
Tú,
que te fuiste mientras te sentía
en el epicentro de mi sistema cardiovascular.
Y mientras vivas
seré lo que más recuerdes,
agua clara.
Y cuando mueras
no seré lo primero que olvides,
agua turbia.
(Ilustración de María Casas. Facebook: Emecocos Art / Instagram: Emecocos.)
-La chica con magia en las manos-.
Hola♡ He encontrado tu blog por casualidad y me encanta cómo escribes y todo lo que transmites. Es curioso como el agua, que es lo que nos da la vida, a veces puede llegar a quitárnosla, o incluso carecer de vida por sí misma. A veces somos agua pantanosa que no todo al mundo le gusta, pero cuando llega alguien que quiere adentrarse en nuestras aguas, nos sentimos como si fuéramos un río o una cascada limpia y fresca. Aunque muchas veces no dura para siempre. Pero de todas formas, seguimos siendo agua. Pues eso, que espero seguir leyéndote! Un abrazo♡.
ResponderEliminarHola Melissa! Tienes toda la razón y eso es justo lo que trato de decir, las dos caras de una misma moneda. Como aquello que creemos que no brilla, puede hacerlo con la persona indicada. Como nos sentimos sin ser amados, y como cambiamos cuando alguien entra en nuestras vidas, a sabiendas de que como dices, puede no ser para siempre. Y además, como aún a pesar de que esa persona nos haga daño, la recordaremos siempre, porque las heridas también marcan, agua turbia ¿no? Muchísimas gracias por leerme y por dedicarme palabras hermosas, pásate siempre que quieras, con los brazos abiertos te recibo. Un abrazo ❤️
Eliminarno se como llegue ni se por donde saldré me gusta lo que lei y lo que dejaste en mi
ResponderEliminarLo único importante es que llegaste! En cuanto a salir, no te preocupes, en las palabras uno siempre puede quedarse a vivir. Me alegra enormemente que te haya gustado y haber dejado un halo de palabras en ti. Un abrazo y muchísimas gracias, por leerme y por buscar un huequito para escribirme.
EliminarMuy interesante el poema me ha gustado, y más interesante es la afinidad y la coincidencia temática con muchos de mis escritos y otros trabajos reflexivos en relación al agua, a la acción del agua, como a la acción, el tránsito, el devenir constante, destructivo- creativo de la muerte la vida.
ResponderEliminarEl agua…
de los caminos
de los ríos
de la banquina
de las pocilgas
y del fondo
de los cadáveres
actúa en silencio.
El agua….
en el tránsito
los desplazamientos
de la noche y el día
en el lento crecimiento
de las coronillas
por los senderos
más insólitos
he insospechados
del andar del mundo
se mueve
a través de tus huesos.
El agua…
en las mutaciones
de la papa y el maíz
en la madurez del trigo
en la explosión
de ternura
que se libera
por tus manos
a cada latido
hacia el trabajo
por medio
de tus pies.
El agua
en el pan caliente
que cruje entre los dientes
se disuelve y diluye
en la amortiguación
de tu hambre
El agua
arrastrando
la sal
el azúcar
la luz
la oscuridad
los secretos
de la tierra
la intensidad
de los vientos
los misterios
del vuelo y el tiempo.
El agua
en tu boca
poblando de amaneceres
el torrente de tus sueños
por otros rastros
inundada de selva
precipitándose
en tus arterias
asomándose
por tus ojos
en el relámpago
de tu risa
El agua
en tus manos
por otros mundos
para alcanzar la tierra
las voces de los mares
corriendo por tus pies.
Gratamente sorprendido por estas hermosas coincidencias en la poesía y la temática.
Un abrazo