No voy a llamar más
a ningún cadáver sentimental.
Estoy
cansada de revivir muertos
en un intento de sentirme viva.
He descubierto que las cervezas frías
y los locales
mugrientos,
también pueden despertarme,
aunque necesite reunir mil sábados
y
esquivarte en los sucesivos domingos.
Fui a misa hace tres semanas
y recé sin creer en nadie ni en
nada.
Recé sin oraciones
ni plegarias.
Y volví a casa esperando
una señal que nunca llegó.
No creo en los milagros,
pero creo en ti,
y debe de ser algo
muy parecido.
Me he muerto de pena.
Lo noto.
He muerto aunque nadie lo
sepa.
Aunque me escuchen respirar,
aunque me vean caminar,
incluso aunque me
oigan.
He muerto
y ya no me miro al espejo
porque no tengo nada que decirme.
No se quien me dijo que eran tonterías
disfrazadas de
verdades muy serias.
Que tenía que aprender a diferenciar.
A separar.
Pero no encuentro la cremallera
con la que bajarles la
mentira.
Así que las acepto.
Las acepto en un intento
de aceptarme a mi misma.
Hay una parte de mi que necesita vacaciones
en una ciudad
con mar.
Porque no hay vacaciones sin mar,
pero no todos los mares esconden
vacaciones.
No se si me explico.
Allí donde se descansa siempre huele a mar,
pero no todas
las sales curan heridas.
Y es una lata.
Te desnudas
y rezas para que cicatricen.
Y a
veces no funciona.
Fe ciega es creer que haya una mirada
que te cure de los
únicos ojos
que han jugado a apuñalarte.
Es creer que otras manos no te
repugnen
cuando se te deslizan por la columna vertebral.
Tengo la educación del creyente.
Aquel que espera a su
destino
agradeciendo cada uno de los obstáculos.
Que los venera.
Que Dios no ahoga pero aprieta,
pero si tiene que ahogar,
que siga apretando.
No tengo Salvador,
tengo a un Judas mentiroso
que me
besa los labios.
Con lengua y sin saliva.
Me he desnudado
y he subido a tu cruz.
Con las piernas
abiertas
y la boca cerrada,
porque te molestan mis preguntas impertinentes.
Tengo que creer sin entender
y ya empiezo a notar la caída.
Me dolerá tanto
tiempo,
que van a diagnosticarme una muerte clínica.
Ponme en un ataúd de madera oscura
y léeme todas las noches
en voz alta,
fuerte,
que haya algo en mi que nunca muera;
que haya algo en ti
que necesite dedicarme toda la poesía
que salga de tus labios
aunque se la recites
a otras piernas
a las que nunca les cuentas tu luto.
A otras piernas que nunca te preguntan por mi,
aunque me
vean en tus ojos.
Están follando con el viudo más guapo
de toda la ciudad.
Le
dedican sonrisas diabólicas a mis cenizas.
Y siempre pienso lo mismo:
que todos
los caminos,
tarde o temprano,
pasan por el infierno.
Y en los suburbios de ti mismo,
nadie se mueve con más
agilidad que yo.
Es un punto de vida
en favor de nuestra muerte.
Judas va a besarme en los labios,
le he preguntado si piensa traicionarme.
Dice que disfrute de nuestra última cena.
sencillamente perfecto
ResponderEliminarMuchísimas gracias de nuevo Juan, aunque te las vuelvo a dar gustosa, no creo que me canse de agradecértelo! Sabía que especialmente este, iba a gustarte, quizás por ese ladito ''oscuro'' o un poco ''tétrico'' que tiene. Y es genial haber acertado!
EliminarUn abrazo!
Amparo.
Excelso
ResponderEliminarExcelso
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos, menuda cualidad bonita has adjudicado al texto.
EliminarCada una de las palabras son para comérselas. Hay una canción de Sabina, que no sólo porque rima es divina, en la que implora para que un poema le salga tan bien que sea una oración. Seguro que si quieres la encuentras en el mar de la red. ... Una pista: parece ser que la escribió en conjunto con el subcomandante Marcos. Un beso tan guapo como tú y como todo lo que escribes. Tú vales, nena.
ResponderEliminarAy Lumino, que apareces siempre de la mejor manera. Me gusta mucho leer tus comentarios, siempre me enseñas algo nuevo aunque en tu ''modo lector'', y eso es una cualidad de las personas enriquecedoras. La buscaré, y seguro me encantará, como casi todo lo que me enseñas.
EliminarRecuerda lo que creo haber dicho ya en más de una ocasión, me diste un empujoncito bastante necesario.
Un abrazo gigantesco.
Sencillamente, tremendamente GENIAL!!!
ResponderEliminarAy, gracias y más gracias, me da muchísima alegría saber que te gusta!
EliminarCada palabra cargada de sentimientos. ¡Saludos! : )
ResponderEliminarMuchísimas gracias Luis :) De veras.
EliminarUn abrazo.
Hermosa reflexión de un mundo que no se quiebra, de milagros. Te felicitó.
ResponderEliminarHermosa reflexión de un mundo que no se quiebra, de milagros. Te felicitó.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Miguel... Si, lo cierto es que se quiebra, el problema es que olvidamos que nosotros con él.
EliminarUn abrazo.
Y brutalmente, hermoso
ResponderEliminarY brutalmente, hermoso
ResponderEliminarMuchísimas gracias German, que bien sienta empezar el día leyendo algo así!
EliminarUn abrazo.