He olvidado a que sabe tu desastre,
y el ritmo de tus pies
chocando suave
cuando asoman por debajo de la colcha de mi cama.
Nadie me dijo que te irías
cuando el frío aun asomaba sus
encantos
a nuestras dudas,
con demasiados sueños congelados.
La guerra sigue dentro de nosotros,
bombardeando lo poco que
queda de ti
aun sin haberte movido de mi costado,
cosido a unos lunares que se
van desdibujando
de la escena del crimen.
El problema es que contigo
eso de ''la próxima vez me lo
tomaré con más calma'',
nunca es cierto,
y yo siempre quiero creérmelo.
Pero se apoderan de mis las agujas del reloj de tu muñeca
y
protagonizar otro declive
empieza a sonar apetecible.
No hay contigo más historia que esta,
no hay finales alternativos.
No hay ganadores, ni vencidos.
Solo algún protagonista secundario
al que vender nuestros
latidos
cuando paras la música de tu pecho,
y ya no hay pista de baile en tus
caderas,
ni borrachera de tropiezos en tu bragueta.
El olvido es bueno si se te acaba la copa
antes que el
hielo.
Si todo lo que cuentas al camarero
te cabe en un par de besos de la boca
de siempre.
Del amor al odio solo hay una canción de Sinatra,
que suena
suave en una habitación
que ya no entiende de domingos,
encima de una cama que
parece un precipicio.
Y no sabes el miedo que le he cogido a las alturas
desde que
no subo a la cumbre de tus errores
y me proclamas reina de tu mundo.
Aunque todo nos dure un segundo.
Que seas velero en un mar que no entiende de horizontes,
y
le quites la sed a mis heridas
con la agilidad de un náufrago que ha olvidado
que a veces en el amor se pisa tierra firme.
Ojalá tuvieses miedo
a perderme
y me dieses algo de ventaja,
porque la verdad es que va a llegar
Diciembre
y pasará otro año más en el que he dejado de ser hogar
para
convertirme en una parada alternativa
las noches en las que no te soportas.
Te molesta tu voz.
Tu pelo.
Tus decisiones.
Y vienes a que te mida en gemidos
cada uno de los motivos
que aun tengo para quererte.
Porque si fueses un tren que nunca para,
me tiraría toda la
vida sentada en la estación
solo para escucharte pasar.
Un poema intenso. Ojalá pudiera escribir como tú, pero rimando soy un desastre. Je, je, je.
ResponderEliminarPerdón por el breve comentario, no es que no me haya gustado, sólo que estoy algo apurado. Que culmines bien tu domingo. ¡Saludos!