No se como decirte
que estoy bien
pero no tanto.
Que las
gaviotas de papel de mi habitación
me recuerdan a los viajes que no hemos hecho
y a los vuelos que no hemos tomado.
Y a todas las caídas,
claro.
Los gatos de la pared de la cama
han separado las colas
y ya
no hacen esa graciosa forma de corazón.
Marilyn no está tan rubia
y Audrey desayuna sola y sin
diamantes.
Así que estoy bien,
pero no tanto.
Puedo leer a Cortázar sin odiarle
por escribir sobre
nosotros:
‘’aunque estemos destinados a no ser’’;
y le perdono porque de alguna
forma
él te mantiene vivo por mi
y puedo darme un respiro.
Aunque lo que me entre en los pulmones
me arañe la garganta
como aguijones de escorpión.
No hay ni una foto tuya,
porque soy una viuda
en plena
superación de mi duelo sentimental,
y mi psicólogo me ha dicho
que tengo que
empezar a alejarme de ciertos recuerdos.
Así que los he movido,
de la almohada a los pies de la cama.
Parece que tengo un poco más de movilidad,
pero aún no la suficiente
para perseguir todos esos sueños
que aunque tuyos o nuestros,
se quedaron en
mi.
En este divorcio,
los niños me los he quedado yo,
y todos
tienen tus ojos.
Me encantaría que fuese fácil
cambiar a la persona
y seguir
con la historia;
una sucesión de personajes secundarios
por si el principal
decide que la princesa
no es para tanto cuento.
Entramos a la vez en otras camas,
pero con personas
diferentes
y en lugares distintos,
y de nuevo Cortázar:
''algo infinitamente
perdido y distante,
seguía, sin embargo, uniéndonos.''
Aunque fuesen orgasmos en otras piernas;
aunque fuesen las
ganas de olvidarnos
sin la mínima intención de dejarnos atrás.
Hemos follado como animales,
a pelo,
sin el miedo del que
tiene miedo.
Tremendamente desnudos,
hasta que nos dolían los lunares
de
intentar borrar constelaciones
por si otros cielos.
Por si otros cielos
y no el nuestro.
Así que estoy bien,
pero no tanto,
porque tengo una torre
Eiffel encima del escritorio
y veo a los suicidas al borde del abismo;
solo tengo
ganas de gritarles que salten.
Los suicidios por amor
son los únicos que alimentan la
poesía.
Así que tú,
dejándote caer mientras me gritas
todo lo que tu
garganta no te permitió susurrarme,
debes de ser tremendamente poético.
Pero habrá quien te diga
que no lo hagas,
porque dejarse
caer al vacío
por una persona diferente
a la que te baja la bragueta
en un
intento de que solo quieras follártela a ella,
es la forma más sincera de serle
infiel a alguien.
Y sinceridad e infidelidad
no pueden ir juntas en la misma
frase,
y no sabes como me molesta la coherencia gramatical.
Eres mi canción favorita
hasta cuando estás en silencio.
Así que estoy bien,
pero no tanto,
porque he intentado
escribirle a otros
hablando de ti
mientras prometo haberte superado.
Y tú,
en la otra punta de un mapa
que juega al despiste,
juras no recordar todas las tonalidades de rubio
que tiene mi pelo,
mientras
mentalmente repasas una a una.
Así que estoy bien,
pero no tanto,
porque tan bien sería no
estar mal
y sin embargo,
todas las noches
me pregunto como estarás.
hola amparo me presento mi nombre es Ana Maria y te quiero seguirte
ResponderEliminarpor mi blogger
Hola Ana María, para mi es un placer que quieras suscribirte, miles de gracias.
Eliminartremendos versos, me has hecho darme cuenta de que cuando no te leo, "estoy bien, pero no tanto"...
ResponderEliminarA veces no se como agradecerte que siempre encuentres las palabras exactas para hacerme sentir que hay motivos para seguir escribiendo, que hay quien, de alguna forma, te lo agradece.
EliminarPara mi, siempre es un halago que alguien se encuentre cobijado un ratito entre mis líneas, pero cuando además de eso, quien lo hace es alguien a quien admiro por su arte, entonces de halago pasa a ser un regalo.
Un abrazo.
No, tus letras son el regalo para todos nosotros, no cambies nunca
EliminarLargo e intenso poema.
ResponderEliminarMuchísimas gracias!
EliminarHola mi nombre es Robert y el poema es muy bonito y me hace pensar
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