martes, 13 de octubre de 2015

Tu no cumpleaños.

Se acerca un día tan importante, 
que el día que te marchaste pasa a un segundo plano.

Pero sigue ahí, 
por eso espero que entiendas 
mi forma de decirte que no me he olvidado, 
y que me gustaría ser yo 
quien encendiese la vela de la tarta 
y te mirase con ojos de deseo.

No puedo acercarme a ti 
porque eso sería, irremediablemente, 
alejarme de mi, 
y ahora que he vuelto a recuperar 
el contacto conmigo misma, 
que nos hemos sentado a hablar de nuestros límites 
y a enseñarnos a querernos 
sin cada uno de los trozos que tú te llevaste, 
no puedo volver a defraudarme.

Es un ‘’o yo o tú’’ continuo.
Y ya no puedo elegirte.

Se que estás en contra de que no hablemos, 
pero recuerda que tú tienes la perspectiva del que se marchó; 
la mía es la de quien se queda cuando ya no hay nadie.

Pero nunca me olvido de ti. 
Ni de los días que son importantes. 
Eso tienes que saberlo.

Es un absurdo estar preparada para que vuelvas 
y sin embargo, 
no poder tener contigo una conversación; 
pero dejé de entender de motivos y de razones 
justo cuando empecé a entender de nosotros.

Todos los días pienso en como habría sido 
si hubieses elegido quedarte, 
antes podía llegar a imaginar hasta el color 
de las paredes de nuestra habitación; 
el número de vecinos que se enemistarían 
por nuestros gemidos, 
y el lugar que ocuparía el tarro del café 
en la estantería de la cocina.

Ahora cierro los ojos, 
y ni siquiera consigo ver la casa. 
Y sin embargo te veo a ti, 
de un lado a otro del pasillo, 
cogiendo los vaqueros y el jersey; 
besas a una chica rubia y sin rostro en los labios, 
ella viste de azul claro, 
y nunca consigo verle la cara.

La imagen se diluye en cuanto obligo a mi mente 
a dejar de pensarte: 
‘’ya no vamos a ninguna parte’’.

Pero eso no hace que me haya olvidado de ti. 
Dijiste que me cuidara y es lo que intento, 
aunque tenga noches de tormenta 
en las que mis demonios internos 
se pelean por hacerle el amor a tu recuerdo.

Ya no pienso en si otras piernas o en si otras faldas; 
estoy agotada sentimentalmente. 
Y he obligado a todas mis recaídas al exilio emocional.

Ojalá todo pase pronto, 
y me quede la paz de quien ya no llega tarde a ninguna parte; 
porque cuando nadie te espera, 
el reloj es solo un mero trámite.

He besado, 
he follado, 
y me he puesto guapa para otras intenciones. 
Y al final, 
siempre llega el final 
cuando vuelve tu comienzo.

Y eso que nunca comienzas del todo.

Ojalá, como te dije, pase pronto, 
y me olvide del miedo: 
quien tiene miedo aun teme perder algo. 
Y yo ya no puedo permitirme perder nada más.

Pero claro que me acuerdo de ti, 
y dentro de mi siempre habrá una pequeña parte 
que simula ser el estadio diminuto de un pueblo de montaña 
donde se canta al unísono el feliz cumpleaños, 
mientras miro al fondo de una piscina vacía 
y recuerdo cuanto va a dolerme la caída, 
así que ya nunca subo, 
pero te canto.

Posiblemente nadie lo haga más fuerte que yo, 
y confío en que sepas a que me refiero.

Se que aun faltan unos días, 
pero si espero al día exacto, 
no seré capaz de articular palabra, 
y posiblemente, 
conseguiría que no pudieses quitártelo de la cabeza, 
y no quiero eso.

Espero que me leas, 
y sé que así será, 
y que me entiendas, 
que comprendas porque lo hago ahora 
y porque así.

Necesito más tiempo 
porque aun salgo de casa 
y espero cruzarme contigo.


Felicidades K, 
con todo mi amor.




No hay comentarios:

Publicar un comentario