Cuatro estaciones he tardado
en necesitar unas cuantas más.
Un invierno sin cerezos
donde Neruda escribe bajo un sauce
llorón.
Un otoño sin hojas que pisar.
Una primavera sin alergias
porque no hay ni una sola flor
que se abra.
Y un verano de pieles blancas
a las que no les da sol.
Una semana llena de días vacíos.
De lunes llenos de rutina
con despertadores que no te dejan
soñar.
De martes que son todos trece
y que desconocen que la suerte
a veces solo es un cruce de miradas.
De miércoles que no conocen
de paseos en compañía
y
deambulan por un salón
en el que siempre hace frío.
De jueves con bragas serias.
De vie(r)nes siempre con esa dichosa ‘’erre’’.
Viernes y vienes deberían ser la misma
palabra.
De sábados tumbada en el mismo sofá de siempre
con ventanas
que no dejan ver el mar.
De domingos de resacas sin fiesta previa.
Doce meses de un calendario
que no me deja pasar página.
De Eneros tan fríos
que nadie puede masturbarse
sin sentir
que la soledad le pisa los tobillos.
De Febreros demasiado cortos
para cualquier llegada.
De Marzos en donde nunca suena el teléfono;
ni hay voces que
se arrepientan
de no haberse arrepentido antes.
De Abriles llenos de aguas
y todas salen de tus ojos.
De Mayos donde los poetas
no tienen inspiración
aunque las
musas se vistan de putas.
De Junios que no derriten relojes
y dejan a Dalí en
evidencia.
De Julios llenos de habitaciones desordenadas
que te
recuerden que deberías haber cuidado
de tu buena suerte.
De Agostos donde ya no se corren cortinas
para correrse en
compañía
porque nadie corre en busca de su destino.
De Septiembres que no acarrean reencuentros
ni contigo
misma.
De Octubres que han dejado de ver el arte
en el desnudo de
dos personas
que se faltan al respeto.
De Noviembres poco dulces
y muy amargos
en los que nadie
recita poesía
con la boca llena de intenciones.
De Diciembres sin propósitos,
sin promesas, sin finales ni
comienzos.
Relojes que contabilizan horas muertas.
Cuenta kilómetros que han olvidado
los viajes en los que se
cruzan fronteras por amor.
Tobillos que prefieren correr sobre el asfalto
dirección ‘’
a la salvación’’,
que descolgarse por el precipicio
y si tengo que morir,
que
sea contigo.
Estaciones,
semanas,
meses,
relojes,
cuenta kilómetros,
tobillos.
Y yo sigo encontrando motivos
para ponerte ganas, tiempo y
vida.
Para ponerte copas.
Para ponerte hasta arriba.
Para ponerte
y sobre todo quitarte.
Para quitarte todo lo que se empeña
en que no tengas nada
que ver conmigo.
Para quitarte ropa
hasta quedarnos desnudos por dentro
y
enseñarle al mundo,
de nuevo,
que lo único que necesita el arte,
son artistas.
Y que todo lo que necesita un artista,
es
siempre
amor.
siempre
amor.
Muy muy bueno. Me encantan los juegos de palabras que utilizas. Me pasaré por aquí de nuevo :)
ResponderEliminarInfinitas gracias Aída, por tus palabras y por tu tiempo. Claro que si, pasa siempre que quieras, serás más que bienvenida.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Amparo! Descubrí tu blog gracias a Aída (la señorita de arriba) y no me arrepiento de haberte dedicado unos minutos. Me encantó tu juego de palabras en la poesía y todo lo que conseguiste transmitirme. Recuerdos, emociones y sentimientos que ya no son nada. Mi más sincera enhorabuena y, seguramente, me tengas por aquí en más de una ocasión.
ResponderEliminarSaludos.
Me alegra muchísimo que le hayas dedicado un poquito de tiempo y te haya gustado, o hay para mi mayor regalo que ese.
EliminarQue acojáis lo que escribo, durante un ratito, en vuestras pupilas y le deis vida y cobijo, mayormente porque poco sería de las letras si alguien no las leyera.
Así que infinitas gracias, por hacerlo y por tus palabras, que te prometo, me dan una alegría enorme!
Estaré encantada de tenerte por aquí, encantadísima.
Un abrazo.
Grande, grande y grande. ...
ResponderEliminarTú, tú y siempre tú.
EliminarGracias, gracias y siempre gracias.
Bueno, Amparo, veo que estás en racha. Excelente poema que con la excusa del tiempo (y los tobillos) has conseguido hilvanar y luego coser con la alta costura a la que ya nos tienes acostumbrados a los que te seguimos. Advierto que con este texto empiezas una nueva etapa (ya sabes que el artista pasa de una a otra con un cierto periodo de transición). Estoy seguro de que tú con un traje de exploradora eres capaz de hacer crónicas exóticas y diferentes en cualquier río en el que te metas; en cualquier corriente. Y si prefieres el mar, hazte pirata, o naufrago, o almirante de una flota. Sabrás contar lo que descubras. Ah... y enamórate mucho más y de muchos más (cada amor es una pluma en las alas de un artista). Besos.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Salvador, tienes razón, es una nueva etapa y no sabes como me alegra que te hayas dado cuenta... No quiere decir que haya dejado de lado el contexto que solía utilizar, porque lo cierto es que me encanta acudir a él, pero ahora soy yo quien decide cuando y no él.
EliminarMiles de gracias, por venir, por tus palabras y por prestarme tanta atención a través de lo que escribo, y darte cuenta de esas cosas que escapan a un mero lector.
Un abrazo.
¡Hola! Acabo de encontrarte y, ¡menuda alegría! No soy muy de poesía, pero me has cautivado. Un poema precioso, y tan certero en sus descripciones.. Sin duda, y a riesgo de parecer una viciosa, me quedo con agosto, ¡qué además es mi mes! Me quedo por aquí desde ya para poder seguir leyéndote ;) Un beso!
ResponderEliminarY, si no te importa, te invito a conocer a Dunya (nnleo@blogspot.com.es)
Hola Naomi! La alegría es mía, siempre siempre mía. Me alegra muchísimas que te haya gustado, y que carajo, posiblemente Agosto también sea mi preferido jajaja Más que viciosas, estamos vivas ¿no? Y la vida es maravillosa en todas sus representaciones.
EliminarPara mi sería un placer que te quedaras, por supuesto! Eres más que bienvenida, en Agosto, en Septiembre, en Octubre y los Lunes, los Martes, los Miércoles... en todo momento!
Y claro que pasaré a conocer a Dunya, solo que copio la dirección y no me lleva a donde creo que debería... Si pudieses dejármela de nuevo, sería genial!
Un abrazo.