Imagina que tengo la suficiente fuerza
para gritarle a mis
sueños
que dejen de enamorarse de tus erecciones
y te desechen como mejor
opción todas las noches.
Imagina que soy capaz
de volver a caminar por tu calle
sin
girar ni un centímetro mis intenciones
hacia tu ventana.
Imagina que dejo que tu falda favorita
sea elevada por otros
pulgares,
y que soy capaz de tentar a otros dedos
para que recorran entre mis
piernas
todos los lunares que juraron serte fieles.
Imagina que me pesan tus decisiones unilaterales
y decido
deshacerme de esa sensación
de echar vinagre en todas las heridas aun latentes.
Imagina que me coso la boca con versos
para que no se me
escape tu nombre
cuando algún poeta del siglo de oro
parezca conocer tu
existencia.
Imagina que me arranco todos los gemidos
que me dejaste
viviendo en la nuca
y los ahogo junto a las penas
en la primera copa con
conversación interesante.
Imagina que le robo a los relojes las agujas
para olvidar
cuanto hace que te fuiste
y dejar de pensar cuantas noches quedan
para que
vuelvas a reconsiderarme.
Imagina que dejo de querer un anillo
y que de repente olvido
todos los supuestos nombres
que íbamos a ponerle
a aquellas mezclas perfectas
de nuestros genes.
Imagina que soy capaz de romper las fotos
que me recuerdan
que una vez no tuve miedo
a que te fueras;
que las rompo y las esparzo en
cualquier callejón oscuro
donde acaben devoradas por el tiempo,
que al fin y al
cabo es el único
que siempre termina ganando.
Imagina que dejo que nuestro pasado
se hunda en el primer
baño del año,
y que París ya no es la
perfecta luna de miel.
Imagina que me arrancan la ropa de madrugada
y que no te
pido disculpas en silencio
por dejar que otro me borre a lametones
tu falta de
cojones.
Imagina que olvido cuanto trozo de almohada
necesitabas para
no despertar;
que ya no recuerdo como tus manos
se posaban en mi culo
porque
solías decir que hasta en sueños
era de tu propiedad.
Imagina que ya no te llamo con número oculto
porque ignoro
como empezaba tu teléfono
y en las páginas amarillas no está la hoja de tu
dirección.
Imagina que ya no deseo vestirme de blanco
para caminar como
una princesa hasta a ti
y que a la noche la liga no me dure ni un segundo;
que
pase a ser la esposa más puta
con la que jamás han soñado tus manos
para darle
cavidad a todos tus deseos de casado.
Imagina que dejo de compararles
con tus infinitos encantos
y
que no me importa que no se parezcan a ti.
Imagina que bailo para otras caderas,
y que mis caderas
bailan para otra música,
que ahora otras manos se posan en mi culo
y que mi
culo no recuerda nada de tus manos.
Imagina que ningún poeta te pone ya entre sus líneas
y que
no hay voces roncas que te traigan de vuelta.
Imagina que he dejado los ansiolíticos
y que las horas antes
de coger el sueño
han dejado de ser un infierno.
Y por último, imagina que todo lo que digo es cierto,
que no
quiero que vuelvas,
que no me importa que no estés;
imagina que no miento,
y
cuando te des cuenta de que la verdad
no ha sido hospedada en este cuento,
estés tan lejos que podamos invitarnos al olvido
como viejos conocidos.
¡Wow! Gran poema, Amparo. Siempre con esa vehemencia tan poderosa y encantadora. Lamento haber tardado en leerlo, lo dejé para "un rato" y una cosa u otra no me lo permitió. Qué torpeza la mía.
ResponderEliminarPor cierto, veo que has renovado el blog. Puede que sea minimalista, pero lo que importa son tus letras. Ésas sí que no tienen nada de minimalismo. Je, je, je. Ten un buen domingo. ¡Saludos!
No te preocupes ''por la espera'' Nahuel jajajaja me basta con que te gusten y los disfrutes.
EliminarGracias por tener siempre palabras como estas, que me impulsan y me transmiten ganas de seguir con ello.
Si! He cambiado el blog, y es cierto, se ha vuelto un poco ''minimalista'' jajaja pero porque me pareció que reflejaba bien lo que para mi es un buen texto: sencillo por fuera y complicado cuando te pones a estudiarlo o haces por entenderlo.
Además, la foto de la chica y el chico, me parece ideal, me encantó cuando la vi, me parece que su desnudez refleja la forma que deberías de adquirir todos antes de sumergirnos en unas letras: mente abierta y fuera cualquier tipo de prejuicio, es la única forma de comprender verdaderamente unos versos.
Por cierto Nahuel, gracias por compartirlo siempre en Google+!
Saludos!