Voy a hacerte formato.
A retenerte en los matices de mi voz
a ver si cuando
pronuncio tu nombre
consigo deshacerme del carraspeo
de mis cuerdas bocales,
que están en guerra contigo
desde que no las haces ya gemidos.
Voy a hacerte formato.
Uno pequeñito, de bolsillo.
Para llevarte allí donde vaya
y
no sentir que cada paso
es una forma sutil de decirte adiós.
Voy a hacer formato.
Uno ligero, tal vez humo.
Que entres en mis pulmones como el
aire
y los contamines de todas las promesas
que se te ocurran mientras viajas
por mi sistema respiratorio.
Encárgate de cogerte a ellos
con la misma fuerza
que la boca
de un fumador al último pitillo
antes de la llegada del fin del
mundo
que predijeron los mayas.
Voy a hacerte formato.
En balas.
Que me vueles la sien de un plumazo
con la misma
ligereza que se levanta una falda
en la primera brisa que trae el invierno.
Y
si la brisa es fuerte
y me baja las bragas
me taparé con la timidez que
supone
el volverte a conocer.
Voy a hacerte formato.
En piel; una repleta de arboledas
donde puedas recostarte,
que cada poro sea una flor
que se abre al contacto de tu lengua.
Y que tenga
memoria,
una memoria que solo sepa ir marcha atrás
porque hacia delante
solo
divisa un paisaje de ausencias
con cientos de chimeneas que escupen añoranzas.
Voy a hacerte formato.
En palabras.
De las de doble filo.
Que te abruman el alma
y
convierten tus lágrimas en una marea
que sube hasta la nariz
y te pone al borde
de una orilla
en la que no hay caracolas
ni huellas
ni sirenas.
Tan desierta
como los folios
en los que no escribo cuando estás
porque me parece malgastar
el tiempo.
Un montón de palabras
que te adormecen con la tranquilidad
de un
gato durmiendo en plena carretera
a las cinco de la mañana,
creyendo que el sol
y el tráfico
se han esfumado para siempre.
Voy a hacerte formato.
Un par de sonrisas
porque mira que estás guapo
cuando eres
feliz
incluso aunque no sea por mi.
Pero escucha, que yo homenajeo tu sonrisa
y cierro un teatro entero
para la única función que supone
ver tu boca abierta en
tiempos como los que corren.
Y me tendrás de público
con los ojos hechos
deseo
porque aunque tú no lo sepas
dentro del romanticismo
tu sonrisa es lo
más parecido a los orgasmos,
uno por cada diente
que asoma al horizonte de tus
labios.
Voy a hacerte formato.
Un final al que invocar
antes de haber empezado.
Que hay
días en los que te tengo tan lejos
incluso estando a tu lado,
que me duelen
los cientos de desenlaces
que hemos protagonizado.
Porque nosotros éramos
de
los que nos liábamos entre las sábanas
las quinientas noches de Sabina
y antes
si quiera de poder pasear de la mano,
un final refinado y vestido de largo
nos
daba el toque de queda
mucho antes de lo previsto,
y todo volvía a quedar a
medias.
¿Has pensado que tal vez
una historia a medias
más otra historia a
medias
dan una entera?
Y entonces podré llorarte en condiciones
con la excusa
de una verdadera pérdida;
porque aunque no lo sepáis
las historias a medias
son mucho peores que las completas,
te llevan a sentir el extravío
cada vez que
vuelves
a verte capaz de intentar algo
que nunca funciona.
Voy a hacerte formato.
Y orgasmo.
Y futuro.
Voy a hacerte de todo menos mío
para que no te agobies
dentro de los puntos cardinales
que supone el compromiso.
Empezaré diciéndote que aunque la mayoría de lo que te he leído es recurrente, me sorprende la gran capacidad que posees para sacar punta y no acortar el lapiz de tu escritura. En cada texto derrochas infinidad de buenos momentos llenos de talento. Me alegro mucho de haber coincidido con tu escritura. Como ya te he dicho en un mail, antes de poder comentar por aquí, puedes llegar muy lejos. Ojalá no me equivoque. Ahora me daré una vueltecita por tu blog. Un saludo y mi admiración
ResponderEliminarMuchísimas gracias por dejar caer tus ojos por aquí, y aun me siento más agradecida por tus palabras y tu tiempo.
EliminarEscribir es sensacional, a mi al menos me desenreda el alma, y me resulta la mejor medicina contra el agobio, la nostalgia y los recuerdos, pero esta parte, la parte en la que te leen y te dedican palabras de aliento, es sin duda la mejor, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera vez que publico con estabilidad mis escritos.
Estaré encantada de recibirte por aquí a menudo.
Por cierto, no recibí ningún mail...
Un saludo aun más grande.