domingo, 31 de mayo de 2015

A todas partes contigo, a todas las partes de ti.

He contado a tientas 
cuantos pasos separan tu casa de mi falda, 
y las cuentas nunca dan el mismo resultado.

Quizás por eso me declaré poesía 
y dejé a un lado todos los números 
que no eran capaz de encerrar las cientos de veces 
que mil motivos no eran suficientes.

Para quedarte o para marcharte.

He desayunado con tus dudas un café tan amargo, 
que supongo que en comparación, 
todas las despedidas me parecen dulces.

Y si encuentro miel en el sonido de unos pies 
que no volverán hasta el siguiente recuerdo suicida, 
entonces estoy tan perdida 
que no me encontrarás por muchos versos 
que lleve cogidos a las muñecas.

Vivo al compás de otras políticas 
encerradas en parlamentos de piernas largas 
donde se compran votos con tu nombre.

Se te rifan la bragueta.

La de aquel vaquero que lleva en la etiqueta:
‘’a todas partes contigo, a todas las partes de ti’’.

Y te quiero aun en otras manos. 
Y te quiero por mucho que te juegues la boca 
a que esta noche algún escote 
no te recuerda a Noviembre, 
y acabes malgastando los labios por otras rodillas 
sin importarte que has perdido la apuesta 
y que de vuelta a casa, 
vas a tener que vértelas con el calendario.

Que el invierno no perdona 
por muy bien que te queden los trajes de baño.

Y ahora voy a descubrirte el secreto de todo esto: 
no hay poesía perfecta, 
y si pretendes que lo sea para poder follarte el corazón, 
siento decirte que en tu caja torácica 
va a hacer más frío que en toda Siberia.

Y no voy a dejar que vengas a dormir bajo mi puente: 
aforo lleno
Todos los suicidas han venido a hacer el amor con la vida.

Me abro en canal para que escuches mejor como late, 
a ver si el ritmo te recuerda a alguna de aquellas canciones 
que te hacen sentir a salvo, 
y relacionas mis costillas con tu hogar.

Y te quedas a vivir.

Que se que esto es un mundo de cuerdos, 
y que me he equivocado de época, 
pero no existen las casualidades perfectas, 
y nunca nadie atina con el regalo del primer aniversario.

Pero no me preocupa que ya nadie grite sus ideales 
si no hay dinero de por medio, 
ni siquiera me preocupa que todos hayan olvidado 
que está permitido ser cursi un par de veces al mes; 
que el aspecto físico es importante 
pero que si no hay dentro alguna historia 
que despierte las ganas de besar tu pasado, 
el color de tus ojos siempre será opaco; 
no me preocupa siquiera 
que la Iglesia siga respirando 
cuando hace siglos que Nietzsche acabó con ella, 
porque lo cierto, 
es que mis órganos vitales se siguen activando 
en todas tus guerras 
y se han vuelto expertos en quitarse las balas del costado 
y guardarlas en la caja de debajo de la cama donde pone:
‘’Todas las veces que te sobreviví’’.

Y que siempre quede otra, 
porque en algunas ocasiones 
hay que morir repetidamente para sentirse vivo.

Y sí, se lo incongruente que resulta, 
pero cielo, 
bienvenido a la poesía. 

2 comentarios:

  1. Por suerte, la poesía sí puede llegar a rozar la perfección. Supongo que no hay un record establecido como si la poesía apareciese en el Ginness, pero a veces un solo verso, un poema de Neruda, una imagen, un cuerpo (iba a poner, de mujer) o una sonrisa, parecen poesía perfecta. Tú misma, a veces, te acercas mucho a ella. Un saludo, querida Amparo.

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    1. La poesía suele ser perfecta cuando unos ojos quieren verla así, y es que a veces lo imperfecto tiene ese halo de perfección que te hipnotiza... Muchas gracias Salvador...Me has hecho sonreír cuando me has dicho eso...Aunque esté muy lejos de serlo.
      Miles y millones de saludos, poeta.

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