jueves, 12 de junio de 2014

Demasiado distante para tantos latidos.

Suelen decir que no hay nada 
totalmente equivocado en el mundo
que hasta un reloj parado 
consigue estar en lo cierto dos veces por día.

Y después de coprotagonizar 
todos nuestros polvos
podría mirar a la cara al listo que escribió aquello
y hablarle de lo poco cierto que ha habido nunca entre nosotros.

De todos los errores que guardamos 
entre los huecos del sofá.
Se nos coló el amor. 
Y ya no hay limpieza general que lo encuentre.

Coqueteaba con el chico de recepción, ¿sabes?
Pero hace unas mañanas
se atrevió a tener uno de tus gestos. 
Y me vine a casa para follarte en papel y lápiz.

Aunque hace tanto que no te huelo
que ya no se donde coño se hallan mis mejores versos.
Y el orgasmo de final de frase.

Que poquito nos hizo falta para perdernos.
Noviembre te invitó a dormir.
Y Diciembre quiso hacerte eterno.

Imagino que tanto propósito no debe de ser sano
y que o aprendo a liarme los petas sin ti
o me convierto en la chica más sana de tu lista de conquistas.

Estoy pensando como hacer negocio con todo esto: 
¿y si pongo tus ausencias a buen precio?

‘’Algún día nos tomaremos un café’’.
Y ahora lo bebo a todas horas, a ver si acelero tu regreso.

Desde que te has ido, siento que nada es suficiente
quizás porque a ti te dio por ser demasiado.

Demasiado distante para tantos latidos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario