lunes, 30 de junio de 2014

Hagamos la vida poesía.

Y si hacemos la vida poesía
y fingimos que tus huidas 
son absolutamente necesarias.

Exigidas por el autor 
para hacer mucho más esperado el reencuentro.

Vamos, que las despedidas 
son el acto final de un nuevo comienzo.

A ver si así logro que se me quite 
este nudo del estómago 
que huele a palomitas quemadas 
y se ambienta en la última fila 
de un cine medio vacío.

Hagamos la vida poesía.
Y que el beso diez mil 
sea el definitivo para que la princesa 
se de cuenta de lo mal que besa el príncipe 
y empiece a cuestionarse su relación con el dragón.

Y contemos la vida 
en las páginas que usamos para hablar de unos ojos; 
y no hablemos nunca de amor 
hasta superar los cien folios en blanco.

Hagamos la vida poesía 
y las heridas versos.

Podría escribir sobre tu llegada. 
Sobre Noviembre 
y el verano encerrado 
en los meses más fríos del calendario. 
Y lo reviviría tan bien 
que podría volver a sentir tu pérdida 
y entonces irremediablemente
volvería a estar perdida.

Que te echo de menos 
en todas las formas que existen.

Desde odiar los pasos que te alejaron de mi, 
hasta follarme otros insomnios 
para evitar cerrar los ojos 
y que me vengas a la mente 
con esa manía tuya de meterte en mis sueños; 
adueñarte de la bajada de guardia 
y de párpados, 
y dedicarte a abrirme las piernas 
como si llevases toda la vida 
descruzando imposibles de bragas bonitas.

Pero echarte de menos hace mucho 
que no es sinónimo de buscarte; 
creo que justo el mismo tiempo 
que encontrarte dejó de ser la consecuencia directa 
de buscarte.

Hagamos de los días, poesía.
Que la esperanza no resulte tan destructiva
y que se consuma en el mismo preciso momento 
en que se consume el amor.

Y que cada bar sea una parada 
que hable de nosotros, pero con respeto. 
Como esas canciones 
en las que el amor más perjudicial 
se vuelve hasta tierno.

Háblame suave al oído 
y llámame Poesía 
mientras buscas entre mis piernas 
la forma de olvidar el pasado con saliva; 
llámame Verso, Lápiz o Rima
y dime que vienes a salvarme de las formas 
de una sociedad errante que se guía por las modas 
de una televisión que habla a gritos.

Llámame Letra
y dime que vienes a hacerle el amor 
a mis párrafos vacíos
y que te has dejado todos los puntos y finales 
en el otro pantalón.

Hagamos la vida poesía 
y a la rutina la mejor de las amantes.

Finjamos que lo único importante de hoy
es tener previsto todo mañana; 
y que la estabilidad 
es la puta particular de la calma 
para eso del sexo duro.

Que las sorpresas
los amores que duelen hasta hacerte escribir
los finales tan poco evidentes como bienvenidos 
y los precipicios en braguetas ajenas,
no son apetecibles.

Disimulemos nuestro aburrimiento 
del mismo modo que la señora 
de la oficina de correos 
simula los orgasmos con su marido 
mientras comparte sus últimos años de apetito sexual  
con el novio de su hija.

Finjamos que la vida nos interesa 
de la misma manera que lo hacemos 
cuando nuestro jefe nos vuelve a contar 
la historia de como hizo fortuna.

Y hagamos de la vida unos cuantos versos 
que dejar de herencia a todos los atrevidos 
que lleguen con hambre de mundo.

Digámosles con la valentía 
que supone siempre la sinceridad, 
que a veces es mucho más importante 
pasar por la mente de alguien
que por su cama; 
y que si un día te despiertas 
y no te encuentras el corazón
igual debes de buscarlo en otro pecho.

Vamos a hacer de todo esto una poesía
que el primer pareado hable de un encuentro
y a este le siga una pérdida; 
y entre medio, tengo una idea,
entre medio escribimos 
de cuando ''todo'' se convierte en ‘’nada’’ 
y ‘’nada’’ sigue latiendo oxidada 
a las órdenes de aquello 
que se pierde siempre en último lugar, 
la esperanza.

A veces eco de gemidos.

A veces ansias de volver a contar las pecas 
de una nariz que solo entiende ya de tu perfume.

A veces, simplemente
lo único que se necesita para hacer un verso decente.

2 comentarios:

  1. Hagamos de la vida poesía, para que nos cure el alma de dolor, para que sus versos sean la letra del ritmo del corazón. Gran blog, con el que me extasiaré con frecuencia. Saludos.

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    1. En unas pocas líneas, has dicho cosas tan bonitas, como ciertas.
      Es un alago recibir comentarios, pero aun más cuando son de este estilo.
      Gracias, por leerme, por tus líneas y por dedicarme un poquito de tu tiempo.
      Un saludo enorme.

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