viernes, 18 de julio de 2014

Mi coherencia está de carnavales.

Te imagino recostado, 
los pies te llegan al borde de la cama
y asoman
de la misma forma que asoma la vida 
en unos ojos que acaban de despertar.

No se cuanto calor hace en el infierno
ni cuantos cielos le caben a Afrodita en el pubis
pero lo que si conozco es la mezcla perfecta 
de tus manos en mi cuerpo 
con el anhelo de comprarlo en propiedad 
y el recuerdo de haberlo tenido antaño
quizás en otra vida, en otros sueños.

Si no me besas pronto
tendremos que asistir al funeral de nuestros deseos
obligándome a desnudarme frente a cuatro ojos que lloran,
para recordarte las curvas 
por las que se deslizaba tu valentía 
cuando ella y yo aun éramos amigas.

Mi boca te espera
con la misma ansia que un crío 
espera la Navidad y los cumpleaños, 
porque de todo el calendario
me quedo con el día que le hiciste el amor a mis pupilas
y te prometo que si no piensas venirte 
a vivir al borde de mis lunares
puedes llevarte todos los domingos.
Hasta puedes recoger este telón que supone mi pelo
cuando lo apartas para conseguir ver la respuesta 
de esa pregunta suicida que juega contigo al gato y al ratón 
en las noches que te sientes devorado por la vida.

Y se acabó la función. 
Sin aplausos, sin público, sin segundas partes. 
Se acabó la función 
antes de representar el acto 
en que tenía que besarte
y claro, se me han congelado las caricias 
en la estación de tu cuerpo, 
esperando al tren que supone tus ojos 
cuando los mueves aprisa por mi existencia.

Podría decirte que me conformo con tus kilómetros
y que la distancia se relaja entre copas 
mientras la corteja el tiempo vestido de corbata
que se ha dejado a su mujer ‘’tic-tac’’ 
tendida en una cama demasiado pequeña 
para tanta espera,
pero no sería cierto.

Nada puede ser suficiente 
si tú te has empeñado en ser demasiado. 
Demasiado calor para tanta ropa
y demasiado frío para no venirte a dormir.

Que puedo decirte 
que no te hayan contado ya mis palabras a mi espalda, 
que puedo contarte 
que no te hayan delatado ya mis silencios.

Si todo mi cuerpo me traiciona cuando se trata de ti
que hasta la coherencia se ha puesto las bragas de lunares 
para que sepas que tiene a sus deseos de carnavales.

Y ahora dime, 
con la valentía que supone siempre quitarse la máscara, 
si no sabes que mis pies se han declarado enemigos 
de los pasos que me alejan del reloj de tu muñeca, 
y que barajan la idea 
de coserse a tus tobillos para quedarse 
hasta que el mar se olvide que debe llegar a la orilla, 
hasta que el sol se pierda en cada noche sin amanecer, 
hasta que la Luna enseñe su oscuridad 
hecha de frases ciegas y amores terribles.

Dime si sabes que ya no me gusta mi nombre 
si no sale de tus cuerdas vocales, 
que me hago un nudo marinero en los dedos 
para no escribir ni una sola línea si te marchas.

He perdido la calma, y la paciencia, 
puede que hasta la templanza, 
que me dicen que camino demasiado aprisa
y es cierto
porque aunque sea el viaje lo importante
cuando un final tiene tus manos, 
mi cintura desespera por llegar a la meta.

Y tienes que entenderlo, 
que toda la realidad que necesito 
camina detrás de tus sueños
y si tengo que cerrar los ojos 
y no mostrar más mis pupilas para que vengas a dormir, 
me coso los párpados con tus besos 
y me alivio de la oscuridad con tu saliva.

Todos estamos presos, de algún modo, 
nos condenaron el día que nos cautivaron los recuerdos
o tal vez, el día en que el acierto se hizo error, 
y la batalla, escozor; 
quizás cuando se nos llenó la cama de anhelos 
y los pies de palabras que no nos dejaban caminar… 
en cualquiera de los casos, es perpetua, 
y teniendo en cuenta que mis orgasmos 
han empezado su condena en tus oídos, 
me mudo a la cárcel que supone tu cuerpo, 
con una ventana que mire a tu corazón, 
y una radio que reproduzca sus latidos.

Me mudo, 
sin ropa y sin planes, 
me mudo, 
sin vida y sin pasado.

Me mudo a que le recuerdes a mi coherencia 
que estamos de carnavales 
y le quites las bragas de lunares 
para continuar la fiesta.

La fiesta que siempre supone soñarte 
aun estando despierta.


2 comentarios:

  1. "Me mudo,
    sin ropa y sin planes..."

    Entrega total

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    1. Solo de esa forma, podemos hallar la intensidad.

      Gracias Francisco, por dedicarme tu tiempo y tus palabras.

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